Aprende a planificarte con estas 3 técnicas

La planificación, esa gran meta a la que todos aspiramos, y que a veces resulta tan difícil de conseguir. Y es que mejorar la planificación y, por ende, la productividad, es una de las grandes luchas de los emprendedores.

La planificación, esa gran meta a la que todos aspiramos, y que a veces resulta tan difícil de conseguir. Y es que mejorar la planificación y, por ende, la productividad, es una de las grandes luchas de los emprendedores.

Muchas páginas se han escrito acerca de este tema y, aunque es cierto que no podemos hablar de un método válido e infalible para todos los emprendedores, sí que es cierto que existen varias rutinas que son altamente recomendables, al menos alguna de ellas, si lo que quieres es aumentar tu poder para planificarte. Aquí te explicamos tres de ellas:

1. Trabajar por bloques de tiempo

Planifica con antelación y previsión lo que harás al día siguiente. Y, cuando decimos planifica, queremos decir que detalles cuánto tiempo, a qué hora y qué tareas vas a marcarte para una franja concreta de tu horario. Una vez decidido, bloquea tu agenda durante esas horas y no permitas que nada ni nadie interrumpa tus procesos.

¡Sugerencia! Dedica las primeras horas del día a tareas más complejas. Aprovecha que estarás más fresco para realizar cuestiones que te entrañen más dificultad y deja para más adelante tareas más sencilla y automáticas.

2. Focaliza lo prioritario

Puede parecer muy sencillo, pero decidir qué es lo importante y lo esencial en tu día a día puede llegar a suponerte varios minutos. Una vez que lo hayas decidido, elige 3 tareas prioritarias y trabaja en ellas durante todo el día. Es más, no comiences ninguna otra tarea hasta que no hayas terminado por completo las que identificaste previamente como tus tareas prioritarias.

¿Eso qué significa? Sobre todo, una cosa: que el correo electrónico y el teléfono siempre pueden esperar.

3. Utiliza la técnica Pomodoro

La técnica Pomodoro se basa en trabajar en pequeños intervalos de tiempo. Eso sí, pequeños, pero ultraproductivos. El tiempo de trabajo se estima en 25 minutos, y entre bloque y bloque está estipulado un descanso de 5 minutos. Además, cada 4 intervalos Pomodoro, se aconseja descansar de 15 a 30 minutos.

Quizá consideres que 25 minutos es un intervalo muy breve de tiempo. Precisamente en ello reside la clave de esta técnica: concentrarse muy profundamente, pero sin llegar a sentir fatiga mental por el tiempo que has dedicado a esa tarea.